Quien Soy

Mi identidad como mujer dominicana es muy importante para mí, ya que crecí entre dos culturas: la de los Estados Unidos y la de la República Dominicana. Nací en Nueva York, pero pasaba los veranos y las vacaciones en la República Dominicana, por lo que siempre he mantenido una conexión con ambos lugares. El español fue mi primer idioma, y aunque aprendí inglés desde pequeña, en casa siempre hablamos en español. Mi madre y mi abuela me ayudaron mucho a aprender español, y me encanta la riqueza que tiene este idioma, sobre todo al ver las diferencias que hay entre el español caribeño y el de otros países. Ser bilingüe me conecta con mi familia y me permite entender mejor el mundo.

Además, como hija de inmigrantes, he aprendido mucho sobre perseverancia. Mi mamá llegó a los Estados Unidos cuando tenía 28 años y no sabía inglés, lo que hizo que nuestra vida diaria fuera más difícil. Pero gracias a esa experiencia, aprendí a no rendirme y a seguir luchando por lo que quiero. Aunque venimos de una familia de bajos ingresos, ser la primera en ir a la universidad es un logro muy importante para mí. Esto me ha enseñado el valor de la educación como herramienta para mejorar nuestra situación. Mi identidad dominicana y mi fe católica también son pilares importantes en mi vida. Me ayudan a mantenerme fuerte y a recordar que debo seguir adelante, no solo por mí misma, sino también por mi familia y todas las personas que enfrentan dificultades como las mías.